Jardines Verticales

Los jardines verticales, también llamados paredes de cultivo o muros verdes, son jardines plantados verticalmente en una pared, con riego por goteo con sustancias nutritivas y en un ambiente apenas sin tierra.

Se utilizan principalmente en zonas con poco espacio para diseñar jardines convencionales pero, además de su evidente utilidad práctica en cuanto a espacio se refiere, los jardines verticales tienen otras muchas ventajas, como el enriquecimiento de la arquitectura de un edificio mediante la creación de una pared viva y natural, donde tanto el aspecto como los colores varían a lo largo de las diferentes estaciones del año, regalando un paisaje único a los usuarios de la zona.

Actualmente vivimos inmersos en la constante búsqueda de la sostenibilidad y el cuidado al medio ambiente, donde la construcción y los edificios son responsables del 25% de las emisiones totales de gases con efecto invernadero. Otra gran ventaja de los jardines verticales es que nos brindan una solución a las congestionadas ciudades, no sólo en términos de espacio, sino que la absorción de CO2 por las plantas permite una compensación de los gases de efecto invernadero producidos por el propio edificio, filtrando partículas nocivas para devolver un aire más limpio. Este denso colchón de plantas protege de los ruidos exteriores así como contribuye a mantener temperaturas bajas en verano y resguarda del viento en invierno, lo que produce un ahorro energético. A todo esto habría que añadir el difícil de medir pero inestimable efecto positivo en la psicología y calidad de vida de las personas usuarias de estas ambientes.

Si queremos ser ejemplo de sostenibilidad, podemos combinar nuestro jardín vertical con sistemas de captación y almacenamiento de agua de lluvia, cubiertas ajardinadas, depuración y reutilización de aguas grises, especies vegetales que optimizan la captación de contaminantes del aire y sistemas de refrigeración y recirculación de aire.

 

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